jueves, 21 de diciembre de 2017

Conociendo a Fray Francisco Jiménez de Cisneros


Conociendo a Fray Francisco Jiménez de Cisneros



El día 8 de noviembre del presente año, 2017, hará exactamente quinientos años de la muerte de Francisco Jiménez de Cisneros. Por ello, el Colegio Profesional de la Educación de Castilla-La Mancha quiere rendir un humilde homenaje a este adalid de la cultura y la educación en el V Centenario de su muerte. Un hombre que lo fue casi todo en su tiempo: estudiante en Salamanca y Roma, preso, fraile, arzobispo, cardenal, ministro, regente, mecenas,… Un hombre del renacimiento en un decisivo momento de nuestra historia.

A veces, para entender a un hombre hay que comenzar por el final. Seis versos que nos describen perfectamente al cardenal y arzobispo de Toledo y regente de las Españas. En el epitafio de su sepulcro podemos leer lo siguiente:

Yo, Francisco, que hice edificar a las Musas un Colegio Mayor,

Yazco ahora en este exiguo sarcófago.

Uní la púrpura al sayal, el casco al sombrero,

Fraile, Caudillo, Ministro, Cardenal,

Junté sin merecerlo la corona a la cogulla

Cuando España me obedeció como a Rey.
 
Francisco, fue después, cuando nació en 1436 en Torrelaguna, actual provincia de Madrid, sus padres le llamaron Gonzalo. Gonzalo Jiménez de Cisneros descendía de una hidalga familia procedente de la villa de Cisneros en Palencia. Estaba destinado a la carrera eclesiástica y así, comenzó sus estudios con un tío clérigo en Roa (Burgos), desde donde pasó al Estudio Viejo de Alcalá de Henares. En Salamanca realizó estudios universitarios de derecho y teología, y obtiene el grado de Bachiller en Decretos. Con el firme propósito de mejorar en su formación viajo a Roma, donde recibió la ordenación sacerdotal y comenzó a llevar asuntos judiciales que le dieron prestigio y bienes que mejoraron su fortuna, pero regresa rápido a España por el fallecimiento de su padre. 

La víspera de San Ildefonso de 1471 (22 de enero), es nombrado por el Papa Paulo II arcipreste de Uceda. Uceda, provincia de Guadalajara, pertenecía a la archidiócesis de Toledo, y a su arzobispo Alonso Carrillo, no le gustó la decisión del Pontífice, parece ser porque el puesto debía ser para un familiar suyo. Cisneros, defendió con firmeza su derecho al arciprestazgo contra la oposición del arzobispo, eso le costará seis largos años de prisión. Al final logra su objetivo, pero al ser liberado y por miedo a represalias, se pone bajo la protección del cardenal Pedro González de Mendoza y pasa al obispado de Sigüenza, donde en 1480 es nombrado Capellán Mayor y, al poco tiempo, Vicario General de la diócesis. 

Sigüenza fue el acopio de experiencias que le marcaron su futuro. Experiencias políticas y de mecenazgo cultural al lado de los Mendoza, benefactores de los Reyes Católicos; jerarquía eclesiástica como capellán mayor de la catedral; aprendizaje civil en el ámbito señorial; experiencia confesional por convivir muy de cerca con una importante comunidad de judíos y conversos; inquietud intelectual con su amigo Juan López de Medina, que funda la Universidad de San Antonio de Portaceli.

En 1484, cuando contaba con 48 años, descubre su vocación al retiro e ingresa en la Orden Franciscana. Es recibido en la Orden y profesa en el toledano Monasterio de San Juan de los Reyes. En este momento cambia su nombre de Gonzalo a Francisco, por el que va a ser conocido. La agitada Toledo no le agradaba para el retito, por ello es trasladado a los conventos de El Castañar (Toledo) y La Salceda (Guadalajara). Será requerido para prestar varios servicios dentro de la Orden, desde guardián o superior de la casa hasta Superior provincial de los franciscanos de Castilla.

En el convento franciscano de Nuestra Señora del Castañar, hoy desaparecido, Fray Francisco Jiménez de Cisneros desempeño el cargo de prior. En los abruptos parajes de los Montes de Toledo, donde estuvo el convento, hizo construir una choza de mimbre y barro para retirarse a orar, incluso cuando fue afamado Cardenal y Regente.


En 1492, al quedar vacante el cargo de confesor de la reina, ya que Fray Hernando de Talavera pasó a ser arzobispo de Granada, el Cardenal Mendoza propone a Cisneros para el cargo, así comenzará su vida política al intervenir como consejero de la Reina Isabel. El Cardenal Mendoza, según las fuentes de la época, decía: “No crió Dios a Cisneros para dejarle oculto en el desierto de los claustros”. Es el inicio de una impresionante carrera política, aunque Cisneros siempre añorará la vida monacal, a la que vuelve cuando se lo permiten sus ajetreadas e importantes tareas.

El año 1494, es nombrado Superior Provincial de los franciscanos de Castilla. Solo un año después, el 20 de febrero de 1495, tras la muerte del Cardenal Mendoza, la reina Isabel propone a Cisneros para arzobispo de Toledo. La Reina tiene la idea clara de que ha elegido a la persona adecuada para la Reforma de la Iglesia.

Tras el nombramiento de arzobispo de Toledo, Cisneros prepara una gran reforma de las comunidades religiosas, incluida su propia orden, en la que intentó restablecer la observancia estricta de la regla franciscana. El Papa valenciano, Alejandro VI, le encomendó, en 1495, la visita y reforma de los religiosos de su diócesis. Solo un año después, lo nombró Visitador de los franciscanos españoles y, en 1499, Visitador y Reformador de las ordenes mendicantes en España.


A finales de 1499, por decisión de los Reyes, dirigió una campaña de evangelización en Granada. Los métodos de conversión de Cisneros provocaron tumultos y levantamientos en Granada y las Alpujarras.


En 1504 muere la reina Isabel y la vida política de Cisneros se intensifica notablemente. Cisneros apoya, cumpliendo el testamento isabelino, al regente don Fernando. Las disputas entre Felipe I y Fernando, se solucionaron, gracias a la mediación de Cisneros, en la Concordia de Salamanca, en septiembre de 1505. Al morir Felipe I en 1506, se constituye en Castilla una regencia que preside Cisneros, al que toca mantener las leyes y el orden en Castilla, mantuvo con disciplina las disputas entre las distintas facciones nobiliarias, así como preparar el regreso de Fernando. Como agradecimiento, el Rey Católico solicita para Cisneros la concesión del cardenalato, que el Papa le concede en mayo de 1507. Solo un mes más tarde será nombrado Inquisidor General del reino de Castilla.

Cisneros, también tuvo una vertiente militar, pues no en vano proyecta e, incluso dirige, conquistas en el norte de África. Estas campañas son fruto del temor a incursiones musulmanas en el sur de España. En 1507 financió la conquista de Mazalquivir; dos años después, 1509, dirige personalmente la conquista de Orán. En los siguientes años, el resto de sus responsabilidades le imposibilitarán seguir en esta tarea, pero seguirá muy de cerca las expediciones de los siguientes años. Lo que si realizará Cisneros es la organización eclesiástica de los territorios conquistados, de hecho, Orán pasará a ser colegiata de la diócesis toledana, por tanto, estos territorios pertenecerán al arzobispado de Toledo y a la Corona de Castilla. Es indiscutible que Cisneros quería poseer territorios en el norte de África por dos motivos; frenar posibles ataques o invasiones musulmanas a la Península y evangelizar nuevos territorios.

El 23 de enero de 1516, fallece a los sesenta y cuatro años de edad Fernando el Católico (Fernando II de Aragón y V de Castilla). Cisneros actuará como Regente hasta la llegada del heredero de la Corona, Carlos I, tal y como dispuso testamentariamente Fernando el Católico. Durante casi dos años, como Regente, hubo de enfrentarse con problemas dinásticos, así como con brotes de sublevación en diferentes ciudades castellanas.


En Valladolid tenían previsto su primer encuentro Carlos I y Cisneros, sin embargo, en la madrugada del 8 de noviembre de 1517, pocos días antes de ver al nuevo monarca, moría el Cardenal, en la localidad de Roa (Burgos). Su cuerpo fue trasladado a Alcalá, su ciudad universitaria, donde fue enterrado.


Cisneros que fue, como hemos visto, estudiante, preso, arcipreste, fraile, asceta, confesor de la Reina, arzobispo de Toledo, reformador, político, cardenal, regente. Además fue creador y mecenas de instituciones y obras científicas y culturales, como buen hombre del renacimiento. La Universidad de Alcalá es la magna obra de su vida.

La Universidad de Alcalá de Henares es la más excelsa de sus creaciones, concebida como una magna empresa cultural, en la que un libro ocuparía un lugar destacado, la Biblia Políglota.

En 1488 ya pensaba en la fundación de un colegio mayor; para ello pidió al Vaticano la autorización pertinente y visitó la ciudad de Alcalá para escoger su emplazamiento, incluso el arquitecto Pedro Gumiel realizó los planos. Sin embargo, no sería hasta el 13 de abril de 1499, cuando el Papa valenciano, Alejandro VI, le otorgase la bula de autorización para fundar un colegio con las facultades de Teología, Artes y Derecho Canónico. En la mencionada bula existe una frase que no puedo pasar por alto: “Entre todo lo que el hombre mortal puede obtener en esta efímera vida, lo más importante es que logre alcanzar el tesoro de la ciencia”. El Papa otorgo tres bulas para la Creación del Colegio Mayor (Bula Intercaetera), para el fuero académico (Bula Militante Ecclesiae) y para conceder los grados académicos (Bula Etsi cunctos).


El lema: EN LUTEAM OLIM CELEBRA A MARMOREAM, “antes de barro, ahora de mármol”. Pedro Gumiel fue el arquitecto no sólo del edificio que albergaría el Colegio de San Ildefonso, sino de todo un complejo inmobiliario de colegios menores, pupilajes, finca de recreo, biblioteca. Con estas edificaciones y la del hospital para estudiantes pobres se creó una ciudad que albergó una revolución educativa. El rey de Francia, Francisco I pudo decir: “Un solo fraile ha hecho en España lo que en Francia hubieron de hacer muchos reyes”. Sería en 1508 cuando se inauguraba oficialmente el primer curso en el Colegio de San Ildefonso. Además, Cisneros creó e impulsó 18 colegios mayores con la idea de obtener un clero preparado y ejemplar.

A partir de 1504, Cisneros comienza a organizar los trabajos para llevar a cabo una edición de la Biblia en sus lenguas originales. El resultado final, la Biblia Sacra Políglota Complutense, es considerada la obra más representativa del Renacimiento español. Participó un equipo multidisciplinar de especialistas, especialmente, filólogos y orientalistas. La obra estaba compuesta por seis volúmenes, con textos en griego, hebreo y caldeo, y una traducción latina entre líneas. Del I al IV corresponden al Antiguo Testamento y la Vulgata; el tomo V contiene el Nuevo Testamento y la Vulgata; el tomo VI es un apéndice con vocabulario hebreo y arameo, además de una gramática hebrea. Se imprimió entre 1514 y 1517, pero no se distribuyó hasta 1520. Ante la impresión del último volumen Cisneros exclamó: “Aunque hasta el presente he llevado a cabo muchas empresas duras y difíciles por la nación, nada es más de mi agrado, por lo que debáis felicitarme con más efusión, que por esta edición de la Biblia”. Hay que señalar que la Biblia Políglota sea adelantó en dos años a la de Erasmo.

Otro de los grandes hitos de Cisneros fue, sin lugar a dudas, la revitalización del Rito Hispano-Mozárabe. Edito libros fieles a la liturgia transmitida desde hacía siglos y fundó en la Catedral toledana una capilla dedicada al culto mozárabe.

Además, el cardenal Cisneros dejó un importante legado en la ciudad de Toledo. Fundó San Juan de la Penitencia y fue él quien encargó a Enrique Arfe la construcción de la custodia para albergar otra más pequeña, de oro, que compró el cabildo de la testamentaría de la reina Isabel; en la catedral mandó construir, además de la mencionada, capilla mozárabe, la sala capitular, el retablo mayor y el claustro alto.

Cisneros, percibe la calidad humana y la sabiduría en los otros. Una anécdota de Nebrija para terminar nuestro acercamiento a Cisneros. Nebrija se presenta, pasados los setenta años, a una cátedra en la Universidad de Salamanca, él era profesor y catedrático en Salamanca, pero se presenta a la cátedra de Prima de Gramática porque tenía, por así decirlo, mejor jubilación. Para presentarse a la nueva cátedra, Nebrija tenía que renunciar a su cátedra anterior; se presenta junto con otros dos candidatos, y en la misma universidad de esa cátedra se estaban enseñando sus libros, inexplicablemente Nebrija suspende la prueba, así que se queda sin Cátedra en Salamanca, él, que acababa de escribir la primera Gramática de la Lengua Castellana y que había escrito los principales diccionarios latinos y castellanos. Cisneros, se entera de lo sucedido, le manda llamar a Alcalá y le da una Cátedra para que “leyese lo que quiera leer y que si no quisiera leer que no leyese”, que esto mandaba no por darle trabajo, sino por pagarle lo mucho que le debe España. 

David J. Calvo
  

BIBLIOGRAFÍA:

-     - CONDE DE CEDILLO, El Cardenal Cisneros, gobernador del Reino, Madrid, Real Academia de la Historia, 1921-1928, 3 vols.

   - FERNÁNDEZ COLLADO, A., Los Arzobispos de Toledo en la Edad Moderna y Contemporánea. Episcopologio Toledano, Toledo, Instituto Teológico San Ildefonso de Toledo, 2017.
-     - GARCÍA ORO, J., Cisneros. Un cardenal reformista en trono de España (1436-1517), Madrid, La Esfera de los Libros, 2005.
-       - PÉREZ, J., Cisneros, el cardenal de España, Madrid, Taurus, 2014.
-    - URRIZA, J., La preclara Facultad de Artes y Filosofía de la Universidad de Alcalá de Henares, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1942.

 

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